El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico para las personas y animales, producido por la mala combustión del gas natural, gasolina, propano, petróleo, madera y carbón. Es difícil de reconocer porque:
En la intoxicación aguda por monóxido de carbono se consideran pacientes de alto riesgo a los niños, embarazadas, ancianos y enfermos con antecedentes coronarios o de EPOC. Son más frecuentes en los meses de invierno, debido al uso frecuente de la calefacción, estufas y braseros.
El fallecimiento por inhalación de monóxido de carbono, conocida como la muerte dulce, se produce sin que los afectados se den cuenta del peligro, ya que se van quedando “dormidos” poco a poco, sin sensación de ahogo ni de asfixia.
Las medidas preventivas incluyen la revisión periódica de los sistemas de combustión del domicilio, mantenimiento de una ventilación adecuada e impedir la inhalación de los productos de combustión de los motores o vehículos en garajes y espacios cerrados. El empleo de alarmas para detección de CO puede ser una medida efectiva.
Desde SEMES Divulgación hemos elaborado una infografía con toda la información necesaria sobre cómo prevenir y como actuar ante una intoxicación por monóxido de carbono.
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